El modelo societario de la SAS es el más atractivo para empresarios tanto nacionales como extranjeros desde que se reguló en la ley 1258 de 2008, principalmente porque su constitución ofrece muy pocos obstáculos formales y es un tipo societario dúctil que permite constituir compañías a la medida de las necesidades de cada emprendimiento.
La SAS no le impone a los emprendedores la forma en que la sociedad debe funcionar, sino que les da plena libertad contractual para establecer las características y funcionamiento de la misma. Aquí el empresario no se acomoda al modelo societario, sino que la sociedad se acomoda a la necesidad del negocio.
Sin embargo, mientras que crear una SAS es un proceso relativamente sencillo, su liquidación ofrece dificultades que deben tenerse en cuenta, razón por la cual es necesario contar con asesoría profesional para afrontar este tipo de procedimientos.
El proceso liquidatario es un proceso donde los conocimientos jurídicos, administrativos y contables deben confluir para lograr un resultado satisfactorio. En esa medida, asesorarse con profesionales que tengan una visión integral en la que se conjuguen todos estos elementos y se garantice un acompañamiento cercano de una firma que conozca las necesidades de sus clientes es la clave para evitar frustraciones y demoras en el proceso de liquidación.
A grandes rasgos, el proceso liquidatario supone agotar los siguientes pasos:
1.Disolución de la Compañía:
La liquidación se inicia con una declaración de disolución de la compañía, que debe ser registrada en la Cámara de Comercio.
2.Elaboración del Estado de inventario del Patrimonio Social:
Cuando ya está disuelta la sociedad y en estado de liquidación, deben elaborarse unos estados financieros especiales, denominados Estado de Inventario del Patrimonio Social, los cuales determinan la hoja de ruta del proceso de liquidación.
En esta etapa se evidencian la totalidad de los activos con los cuales cuenta la compañía, los pasivos por los que debe responderse y se evalúa la perspectiva de que haya algún remanente al final del proceso de liquidación.
3.Aviso a los acreedores.
En este punto se debe realizar un oportuno aviso de liquidación de la sociedad a todos los acreedores, incluida la DIAN, en un plazo máximo de diez días. A los acreedores también se les debe informar el estado de liquidación a través de un periódico de amplio tiraje que circule en el domicilio de la sociedad, y se deben publicar avisos en un lugar visible de la oficina. Todo esto con el fin que las personas que tengan créditos en contra de la sociedad estén informadas del proceso y atentas a recibir sus pagos o a emprender acciones legales que sean del caso.
4.Pago de las acreencias:
Esta es la etapa más relevante del proceso de liquidación. En este momento, el liquidador debe hacer líquidos los activos de la sociedad y con su producto pagar las obligaciones que la sociedad tenga con terceros. Para esto, debe cumplirse con rigor con la prelación de pagos que señala la ley, y en caso de que haya remanente después de haber cubierto todas las obligaciones, se reparte el remanente entre los accionistas, a prorrata de su participación en el capital de la sociedad.
5.Registro de la cuenta final de liquidación y cancelación del RUT:
Terminado el paso anterior, debe procederse a la elaboración de unos Estados Financieros de cierre y a la aprobación de una cuenta final de liquidación, con cuyo registro se cancelará la matrícula mercantil de la sociedad y podrá solicitarse a la administración de impuestos la cancelación del RUT de la compañía.
Una planeación suficiente y un equipo de trabajo competente es la clave del éxito en los procesos de liquidación. A falta de personas responsables que se encarguen de hacer un seguimiento riguroso y permanente al avance del proceso, la liquidación puede verse afectada por demoras y reprocesos que al final, solo perjudican a los empresarios.
Lloreda Camacho & Co cuenta con el conocimiento y la experiencia profesional para acompañarlos en este tipo de procesos, trabajando de manera conjunta en la construcción de estrategias ganadoras que contribuyan el cumplimiento de las metas propuestas.
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Autor: Sebastián Montoya
Es fácil constituir sociedades, pero su liquidación es un proceso mucho más complejo
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