El rol de la Propiedad Intelectual en compañías cuyo objetivo es el desarrollo de tecnologías innovadoras es un asunto que empieza a tomar importancia gracias a la apertura de Centros de Innovación y Desarrollo para jóvenes, como el que abrió recientemente Dyson en Singapur y que contó con una inversión de más de 300 millones de libras esterlinas con las que buscan finalmente implementar un ciclo ininterrumpido de investigación y desarrollo (Financial Times, 2017).
Dyson, la compañía que realizó la inversión, es conocida como la responsable de la creación de diseños elegantes, revolucionarios e innovadores como las aspiradoras sin bolsa de recolección de residuos, que batió record de ventas; y secadores de manos que no utilizan calor ni evaporación.
El éxito de estos productos en el mercado se debe a una jugada estratégica cuyo fin es prevenir el robo de su Propiedad Intelectual a través de acciones preventivas, lo cual se logra mediante la implementación de una estricta política de protección de los diseños industriales y desarrollos tecnológicos. Esto indudablemente ofrece una ventaja competitiva en términos de retorno de la inversión y posicionamiento de marca.
Es la consolidación de un robusto portafolio de patentes que pueden ser explotadas exclusivamente en un periodo de 20 años, lo que permite que esto surta efecto en la rentabilidad de la compañía. Aunque no se trate de una maniobra sencilla, por el contrario implica que el empresario asuma una inversión en tarifas administrativas y tasas anuales, sí protegen los activos intangibles de las compañías, siendo estos el pilar de las empresas líderes en el campo de la tecnología.
Entonces, cuando las compañías exitosas ejecutan estrategias como los centros de investigación y desarrollo para dar apoyo a quienes tienen ideas innovadoras o a quienes elaboran soluciones técnicas, estas cobran valor una vez que la compañía obtiene ganancias a largo plazo, apertura de nuevos mercados y crecimiento de la organización mediante el aprendizaje constante.
Con todo esto las empresas buscan competir en forma justa y reducir el riesgo de que terceros exploten los descubrimientos propios, por eso recurren a los sistemas legales de Protección Intelectual, para además tomar ventaja del potencial descubierto en sus Centros de I&D, sobre todo en las áreas de tecnología.
La inversión que las compañías realicen para el apoyo a la innovación, el desarrollo y la generación de productos de valor y con un mercado potencial representa, a la larga, una rentabilidad, un reconocimiento de marca y posteriormente el éxito de las compañías por su exclusividad, como el caso de Dyson.
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Autor: Sarah Osma