Para los abogados, la responsabilidad social debe ir más allá de las horas gratuitas de trabajo y convertirse en una acción transversal en la profesión. El ejercicio responsable del derecho en pro del desarrollo y beneficio del país, en todas sus áreas, hace parte de la responsabilidad social a nuestro cargo.
Así las cosas, el trabajo Pro Bono no solo aterriza el sentido social del ejercicio del derecho, sino que además trae contextos lejanos, pero no ajenos a la realidad que consiguen humanizar a los abogados al sensibilizarnos como ciudadanos.
La atención gratuita a la población vulnerable nos lleva a afrontar como propios los conflictos sociales, contribuyendo con soluciones, transmitiendo conocimiento y empoderando individuos. Como consecuencia de experiencias Pro Bono, el ejercicio del derecho toma un sentido distinto al dimensionar el conocimiento privilegiado en nuestro poder y el efecto transformador que puede generar cuando es puesto al servicio del bien público.
Lo primero que se debe aclarar en este frente es que, según la Declaración Pro Bono para el Continente Americano, se considera trabajo Pro Bono a los servicios legales que se prestan gratuitamente y que benefician a personas o comunidades en situación de vulnerabilidad y a las organizaciones que los asisten. La asesoría que se brinda debe prestarse con la misma calidad profesional con que se prestan los servicios remunerados y cumplir con las normas y estándares éticos aplicables.
Además, realizar este tipo de trabajo permite crear nuevas competencias en los abogados, también ofrece beneficios reputacionales para las organizaciones y contribuye en el reclutamiento del mejor talento humano pues está comprobado que un compromiso con el trabajo Pro Bono se considera un atractivo para la generación nacida entre 1977 y 1997, que están buscando generar impacto y un cambio en el desarrollo del país, ayudando a su construcción.
A esto se suma que la amplia variedad de casos Pro Bono, ofrece oportunidades tempranas para abogados jóvenes en la adquisición de nuevos conocimientos y experiencias legales relevantes. En ese sentido, pueden participar en importantes proyectos desde su área de práctica, adquiriendo una experiencia que más adelante puede ser puesta al servicio de su organización.
Algunos ejemplos de casos Pro Bono incluyen actuaciones dentro del sistema interamericano de protección de DDHH, la estructuración de bonos de impacto social y la asesoría a algunas ONG internacionales para su constitución en Colombia.